La llegada de este tipo de viajero brinda al gremio un aumento del trabajo y la oportunidad de incorporar mejoras en su servicio
Por Guillem Ortu
Las terminales de cruceros en el Puerto de Barcelona son el inicio o el final de las vacaciones para numerosos turistas que realizan una inolvidable travesía recorriendo el Mediterráneo. Sin embargo, para el colectivo de los taxistas son un escenario de trabajo en el que recogen o llevan a unos clientes muy especiales, que traen consigo un poco más de equipaje que el habitual y que reflejan en sus caras la ilusión de estar en Barcelona. Son los viajeros que llegan a la ciudad en crucero.
El presidente del sindicato Elite Taxi, Olivier Contel, explica a Escala Barcelona la importancia estratégica que este tipo de turismo tiene para los taxistas ya que, al ser un tipo de visitante que llega durante todo el año y no especialmente en los meses punta del verano, ayuda a los profesionales del taxi a que “la curva de trabajo sea mucho más amplia”.
“Aquellos taxistas que frecuentan las terminales suelen comprarse coches más grandes, en los que quepa todo sin problema”
Oli, como lo conocen sus compañeros de profesión, entiende la relación con el viajero de crucero como un proyecto a futuro. “Aprovechan su viaje a Barcelona para una toma de contacto inicial con la ciudad, pero se quedan con ganas de volver y hacerlo con más tiempo”, señala. Es entonces cuando el buen servicio y la cordialidad pueden rendir sus frutos, al fidelizar al cliente. Precisamente, un estudio de la Universitat de Barcelona (UB) reveló que el 90 por ciento de los los visitantes que llegan en crucero quiere volver a Barcelona y recomienda la ciudad a sus amigos y conocidos. El citado informe estimó en 1.083 millones de euros el impacto económico de los cruceros en Barcelona y toda Catalunya, con una distribución capilar en numerosos sectores de actividad.
Esta visión a largo plazo que comenta Olivier influye también en las inversiones que realizan los taxistas, quienes optan por destinar parte de sus ganancias a una mejora del servicio, ya sea adaptando sus vehículos o incluso comprando otros totalmente nuevos. “Aquellos que frecuentan las terminales de cruceros suelen comprarse coches más grandes, en los que quepa todo sin problema y el viajero pueda estar cómodo”, explica.
“A veces ‘invadir’ una conversación ajena para aconsejar o dar información puede resultar beneficioso para el cliente”
Pero las mejoras de los taxistas no se limitan a aspectos meramente logísticos, sino que el trato con sus clientes también ha evolucionado gracias a la experiencia con este tipo de viajeros internacionales. “Los que trabajamos con turistas no tenemos excesivos problemas con el idioma, y a veces ‘invadir’ una conversación ajena para aconsejar o dar información puede resultar beneficioso para el cliente”, concluye sobre estos viajeros que, según sus palabras, visita Barcelona para “ver y disfrutar”.
Por su parte, el presidente del Sindicat del Taxi de Catalunya (STAC), Lluís Berbel, quien ha luchado gran parte de su vida por mejorar la calidad del servicio taxi y las condiciones laborales dentro del gremio, afirma que los turistas de cruceros suponen una “motivación extra” a la hora de mantener alto el nivel.
Berbel explica que “siempre trabajamos para dar un servicio de mayor calidad, y en los últimos años lo hemos conseguido gracias a la implementación del precio cerrado, que permite al pasajero conocer el coste de su trayecto antes de subirse al vehículo, y, recientemente, gracias a ‘Picmi’, una aplicación móvil que permite reservar un taxi de forma electrónica”, detalla.
“Los cruceros son un factor importante tanto para la ciudad como para servicios como la hostelería o la restauración”
El mismo Berbel ahonda en la influencia de los cruceros sobre los taxistas, un impacto que se extiende a lo largo de los diferentes ámbitos del sector de servicios. “Los cruceros son un factor dinamizador importante tanto para la ciudad como para servicios como la hostelería o la restauración. Sobre todo, los fines de semana, es de agradecer la puerta que se abre con la llegada de turistas”, explica este histórico dirigente sindical.
A ojos de un taxista, dichos turista de cruceros tienen perfiles muy variados, cuyas diferencias pueden apreciarse en matices tan sutiles como el tipo de ruta que toman unos y otros: “Los edificios de Gaudí y las Ramblas son lo principal que quiere ver el turista, aunque los que ya conocen Barcelona a veces van a otros sitios como Montserrat”, explica Alfonso Torres, trabajador del taxi con varios años de bagaje a sus espaldas. Él mismo hace hincapié en que muchos clientes optan por rutas turísticas parecidas a las de los buses en vez de solicitar un único destino en concreto, lo cual aumenta todavía más si cabe el beneficio tanto económico como cultural para ambas partes.
Cruceristas y taxistas forman un tándem perfecto que contribuye a que lo vivido en Barcelona sea inolvidable. Porque en los viajes cada pieza cuenta y tener una buena experiencia al llegar a tu destino puede ser el preludio de un recuerdo imborrable.
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