Estados Unidos es el primer país de procedencia de los cruceristas que embarcan en Barcelona. Este flujo de personas está teniendo un doble efecto: ha permitido que la capital catalana tenga conexiones directas con nueve ciudades estadounidenses (Atlanta, Charlotte, Chicago, Filadelfia, Miami, Los Ángeles, Nueva York, San Francisco y Washington) y ha ayudado a divulgar en este país la imagen de Barcelona como una urbe moderna y pionera a nivel mundial en materia de emprendimiento, industria de la telefonía móvil y la biotecnología.
Así opina el Cónsul General de Estados Unidos en Barcelona, Marcos C. Mandojana, quien considera que el turismo “es muy importante” para fomentar los vínculos económicos y dar a conocer todas las oportunidades de negocio que hay entre los dos países. “Muchos norteamericanos que nos visitan acaban quedándose a vivir y a pasar aquí unos años con sus hijos. De los americanos que pasan la noche en Barcelona, que son casi un millón por año, un 40% de ellos vienen por negocio. El turismo es muy importante para fomentar las relaciones humanas y favorecer el conocimiento y las oportunidades de negocio”.
Licenciado en Biología y apasionado del mar, el Cónsul destaca que Barcelona ofrece a los cruceristas de su país un entorno de gran seguridad, una logística privilegiada gracias a su posición como hub de entrada en el Mediterraneo y en Europa, y una oferta cultural de primer orden. También destaca el atractivo de las compras (los estadounidenses son los turistas que más dinero se gastan cuando visitan Barcelona) y de la naturaleza, con enclaves muy atractivos a corta distancia, como Girona o Tarragona.
“Comen, hacen compras, visitan los museos, tal vez algún partido de fútbol…. Los turistas norteamericanos hacen lo mismo que hago yo con mi familia y también tratan de salir un poco de la ciudad para conocer el resto de lo que ofrece, las montañas, Girona o Tarragona, o tal vez el resto de España”, señala.