Vinos catalanes a bordo: una tendencia imparable

Las referencias catalanas también suben a los cruceros ganando cada vez más protagonismo en las cartas de a bordo 

por Javier Ortega Figueiral

Los cruceros están siempre ligados a los buenos momentos: descanso y desconexión de la rutina habitual de trabajo y vida. Se viaja por vacaciones, se navega para conmemorar un aniversario o se hace un crucero como inicio de una luna de miel. Todo ello va asociado al relax y a los buenos momentos, tiempo de calidad por el que brindar.

Cada una de las 867 escalas que este año pasan por el puerto de Barcelona son una oportunidad para las bodegas catalanas, que poco a poco van posicionando sus vinos, cavas e incluso cervezas a bordo de los barcos de crucero. Sus productos pasan de la calma de unas instalaciones en tierra firme e incluso bajo tierra a ser guardadas, con mimo, en buques con enormes bodegas. Allí quedan a la espera de ser disfrutados durante un día de navegación, en una cena en el puerto de Nápoles, durante un atardecer en el estrecho de Gibraltar o mientras se almuerza con vistas a las costas de Croacia.

“La expansión delsector de los cruceros en los últimos años ha venido de la mano de la atracción de una nueva tipología de pasajeros que han bajado la media de edad de estos viajes”, comenta la consultora de turismo y gastronomía Patricia Langton. “Con la intención de atraer a una clientela más joven, las compañías han apostado por mejoras en el entretenimiento o la tecnología y algunas también ofrecen experiencias gastronómicas sofisticadas como centros culinarios o en fichaje de chefs famosos, y esto presenta mayores oportunidades para el desarrollo de la cultura del vino a bordo de los barcos”, indica.

Hoy las cartas de vino ya no se basan simplemente en un criterio de precio, sino en una cuidada selección de vinos del mundo por parte de profesionales de prestigio que con su criterio y gusto bendicen a las bodegas con una importante compra de su producción. Para hacernos una idea, un estudio encargado por la compañía shipmate indica que el consumo de espumosos por pasajero (adulto, evidentemente) alcanza las 0,3 copas diarias, mientras que en el vino esta cifra sube

El Brut Nature de Juve & Camps no puede faltar en los wine bar de MSC

hasta 1.2 copas. Si se multiplica esa cantidad por los centenares o miles de viajeros que lleva a bordo un barco, nos podemos hacer una idea de las cifras de las que estamos hablando y el movimiento económico que lleva aparejado el sector de los cruceros frente a las bodegas.

Hace unos días, Massimo Lazzari, director de comidas y bebidas del buque MSC Meraviglia, que desde su botadura en verano de 2017 es fiel cada semana a su escala en Barcelona, me comentaba las cifras que gestiona cada siete días. Entre ellas, dos me impresionaron: 32.000 kilos de vegetales y 30.000 kilos de fruta suben cada semana a bordo de ese buque de MSC Cruceros. ¿Y qué no falta nunca en el segundo apartado? Las fresas, “que son un complemento perfecto para el champagne, prosecco o cava, a elección del cliente”, indica Lazzari. Parece que la película Pretty Woman y sus fresas con burbujas siguen influyendo en el imaginario de navieras y pasajeros. MSC, por cierto, acaba de anunciar el fichaje del reputado chef barcelonés Ramón Freixa como parte de su staff asesor en el terreno gastronómico.

Como compañía con sede en Suiza, aunque con un espíritu marcadamente italiano, sus cartas de vinos tienen una gran influencia del segundo país, aunque en las cartas de todos los restaurantes e incluso los champagne bar de sus barcos hay un producto catalán destacado: el cava Reserva de la Familia de Juve & Camps, que es uno de los más conocidos de esta bodega del Penedés, un Brut Nature elaborado a partir del mosto flor de uvas de tres fincas de la propiedad. Además de este cava, que navega en los 13 buques de la compañía, el restaurante del área Yacht Club, la clase preferente de la naviera también tiene una selección de vinos y cavas catalanes que están en constante cambio cada mes, con una importante rotación y compitiendo con vinos y espumosos de otros lugares del mundo.

Otra compañía fiel a Barcelona es Royal Caribbean, que este 2018 se acercará a las 70 escalas en el puerto con sus grandes buques de hasta capacidad para hasta 6.680 pasajeros, como es el caso del novísimo Symphony of the Seas, que llegará por primera vez el próximo día 17 de abril en su viaje inaugural llevando ya en sus enormes bodegas cientos de botellas de cavas y vinos catalanes que han subido ya a bordo antes de llegar a su región de origen. En este caso, en todos los restaurantes del buque, y del resto de la flota de la naviera, se puede disfrutar de varias referencias de la familia Torres, sociedad fundada en 1870. Como blancos están el Fransola, de uva Sauvignon Blanc, fermentado y criado en barricas de roble nuevo americano, el Gran Viña Sol, elaborado con uvas Chardonnay y Parellada, nacido de la fermentación de una parte en barricas de roble Limousin. Un tercer blanco catalán que se bebe a bordo es el Viña Esmeralda con uvas Moscatel y Gewürztraminer cosechadas en los viñedos del Penedés, al suroeste de Barcelona, mientras que el cuarto es el Fransola, de una Sauvignon Blanc y fermentado en barrica de roble americano, un país en el que estos vinos van despuntando, como ocurre en Royal Caribbean, que desde hace ya algunos años se mantiene fiel a estas referencias y ha añadido como vino espumoso el Reserva Real de Freixenet, uno de los cavas de más alta gama de esta bodega. En muchos eventos que se celebran a bordo de estos buques, las burbujas de referencia son las de Freixenet.

El Reserva Real de Freixenet; un clásico en las bodegas de Royal Caribbean

Otras burbujas que son celebradas a bordo de los 25 barcos de la flota de Royal Caribbean son las de una cerveza muy barcelonesa: la Estrella Damm, una marca muy local para quienes vivimos en la ciudad, aunque es exótica para muchos de los que viajan a bordo de estos buques. Servida en barril o botella, la “Estrella Dorada”, producida en Barcelona desde 1876 (actualmente en El Prat de Llobregat) tiene un gran mercado en Estados Unidos y como naviera norteamericana, la RCCL también es fiel a la marca que así también navega por el mundo.

La anterior compañía es propietaria del 49% de las acciones de Pullmantur, naviera especializada en el mercado español e hispano que opera cuatro buques. Dos de ellos, el Sovereign y el Zenith sumarán 43 escalas en Barcelona este 2018 y en sus bodegas podemos encontrar una importante cantidad de referencias españolas y catalanas, atendiendo al criterio y gustos de sus pasajeros: varias marcas de cerveza, vino y cava. Entre los últimos, la marca Canals & Nubiola de Sant Sadurní d’Anoia y varias referencias de la casa Freixenet. Una de las filiales de esta última, Castell d’Ordal también puede encontrarse como vino y cava a bordo de la flota de Pullmantur. Como curiosidad, a bordo de sus barcos también se puede encontrar un espirituoso de alta graduación fabricado frente al mar en la costa norte de Barcelona: el Anís del Mono, la célebre marca creada en 1870 por los hermanos Bosch y Grau en Badalona.

Por su parte, Costa Cruceros, que esta temporada alcanzará las 150 escalas en Barcelona, ha apostado por una nueva carta de vinos donde tienen gran peso los de carácter ecológico y biodinámico,con referencias italianas, aunque también se incluyen en el listado referencias procedentes de Asutralia, Francia, Nueva Zelanda, Portugal y también Catalunya. La selección se ha realizado mediante un acuerdo con la empresa italiana Wine Bank, dirigida por Carlo Petrini, fundador y presidente del movimiento gastronómico “slow food”

Una naviera clásica, la Cunard, fundada en 1839, es uno de los epitomes del estilo de viaje británico clásico, con especial atención a la gastronomía y bodega que viaja a bordo de sus “reinas”, el Queen Mary 2, el Queen Elizabeth y el Queen Victoria. La lista de vinos y espumosos que comparte este trío es un pequeño libro de 50 páginas con referencias de todo el mundo, un mundo que no se ha olvidado de los vinos que se elaboran en el área de influencia de Barcelona, como es el caso del Cava Mona, de las jóvenes bodegas de Pere Ventura en Sant Sadurní, también puede encontrarse el Unic de las bodegas Clos Mont Blanc, elaborado con uva Chardonnay, en Barberà de la Conca.

La Cunard también ha apostado por la Denominación de Origen Catalunya, con vinos de las Bodegas Roqueta como su Montemar que mezcla Macabeo y Chardonnay, los de la D.O. Montsant, como los de las bodegas Acústic Celler o también por referencias de una denominación cada día más conocida: el Priorat, en este caso con vinos de Mas la Mola, del pequeño pueblo de Poboleda, en Tarragona. Poder incluir todas estas marcas y variedades en las bodegas de Cunard es muy importante para la promoción de la enologia catalana: además del propio negocio de la venta y consumición del vino, su presencia en estos barcos y los del resto de navieras que operan en Barcelona son todo un escaparate.

Anna de Codorniu, no podía faltar, en este caso como una de las referencias de Silversea

La lista continua en compañías que no solo compran directamente a las bodegas o a través de brokers del sector, sino que se asesoran por prestigiosas compañías que son referencia en el sector, como Wine Spectator, que tiene un contrato de colaboración con Oceania Cruises, que prestigia a ambas marcas y publica continuamente las referencias que se pueden probar a bordo, como cuando los diferentes buques pasan temporadas navegando en una región concreta. La P&O Cruises también ha confiado su bodega a un personaje referente del sector: Olly Smith, toda una celebridad en Reino Unido cuyas preferencias por un vino concreto hace multiplicar las ventas de este. En el caso catalán y para los buques de la naviera con la que tiene un contrato de asesoría, ha apostado por las bodegas Roqueta y también por pequeñas producciones de cava del Penedés.

Para acabar, en Silversea, la naviera italiano-monegasca, Freixenet ha conseguido hacerse hueco con sus mejores cavas dentro de una carta donde el champagne es una referencia, mientras que en Celebrity Cruises se brinda a diario con el espumoso del eterno competidor del anterior: la gama más alta de los cavas Anna de Codorniu.

Vino, cava, cerveza… y hasta anís: en los cruceros se brinda, se bebe, se disfruta y se genera un importante negocio para las bodegas que hacen posible estos momentos de felicidad y tranquilidad copa en mano.

 

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