Pasa a ser el cuarto mercado en Europa, superando así a Francia, incorporando a cruceristas más jóvenes (46 años de media)
por Redacción
La industria de cruceros se encuentra en un excelente estado de forma. No hay más que ver cualquiera de las muchas publicaciones de viajes que, diariamente, le dedican portadas a la que se ha convertido en la manera preferida de viajar para, cada vez, más viajeros. España es un país con ciudades vinculadas al mar de gran importancia como Barcelona (primer puerto de cruceros del Mediterráneo), Palma de Mallorca, Málaga o Vigo, sin olvidar a las Islas Canarias. Estos puertos, modernos y bien conectados con la ciudad, sirven como punto de partida (y de retorno) ideal tanto para ciudadanos como para los barcos más avanzados que la industria naviera, presenta año tras año. Nombres como MSC Bellissima, Aida Nova, Costa Smeralda, Symphony of the Seas, Celebrity Edge suenan continuamente en las ciudades costeras de un país que, un año más, ve crecer el número de cruceristas y pasa ya a ser el cuarto mercado emisor de Europa, adelantando a Francia.
El 25 de Abril, CLIA Spain presentó en la sede de la escuela de turismo Ostelea en Madrid, los datos referentes al mercado español. Las cifras hablan por sí solas: en dos años, el aumento de españoles que han decidido hacer un crucero ha sido del 10% situándose en 530.000 cruceristas al año. Entre los asistentes, Richard Vogel, CEO de Pullmantur, se atrevió incluso a aventurar que no tardaríamos en ver esa cifra convertida en un millón si se sigue apostando por la innovación en las flotas y la calidad en el servicio. Todos los directivos de navieras allí presentes, coincidieron en valorar que la industria de cruceros se encuentra en un muy buen momento que se ha de cuidar y prolongar haciendo las cosas bien. Por ejemplo, formando adecuadamente a profesionales y agentes de viajes dedicados a asesorar sobre un modelo de viaje que se debe ajustar perfectamente a las necesidades de confort del que lo contrata.
Tipología del crucerista español
El viajero español que elige un crucero cuenta con características propias. En primer lugar, su edad está algo por debajo de lo habitual. Con 46 años como media, el crucerista de nuestro país entiende el viaje en crucero como un vehículo para conocer nuevos destinos y se decanta por el Mediterráneo como lugar por el que realizar su viaje.
A medida que la edad del viajero es mayor, se decanta, sin embargo, por destinos más alejados y viajes de duración más larga. La media en este momento la encontramos en siete días de travesía. Si bien, se prevé que el auge de nuevos destinos más lejanos (Asia) y el crecimiento y maduración del sector, provoquen escenarios futuros de viajes de mayor duración por motivos obvios.
Comparación con el crucerista europeo y escenario internacional
España adelanta a Francia y se consolida como cuarto emisor de viajeros del área europea. Es, además, el segundo mercado que más crece sólo superado por Italia y Alemania. Comparado con este último país, el viajero nacional entiende el crucero como una actividad de ocio mayoritariamente estival ciñéndose a un modelo de consumo familiar. Por último, y como dato que refleja la buena salud del sector, a nivel global y según el último Barómetro de Turismo Mundial de la Organización Mundial del Turismo, las llegadas de turistas internacionales crecieron un 6% en 2018, alcanzando los 1.400 millones de desplazamientos, mientras que los viajes en crucero aumentaron casi un 7% durante el mismo período. Con un papel muy importante en el escenario del turismo internacional, los viajes a bordo de un crucero continúan al alza con un incremento del comentado 7% de 2017 a 2018, alcanzando ya la cifra total de 28,5 millones de pasajeros en todo el mundo.
Rumbo a la Sostenibilidad
La Asociación Internacional de líneas de Cruceros (CLIA) y sus asociados tienen muy claro sin embargo que no hay crecimiento válido si éste no implica una fuerte apuesta por la sostenibilidad. Alfredo Serrano, Director Nacional de CLIA España, lo resumió así: “CLIA y sus líneas de cruceros están comprometidas con aunar las oportunidades de crecimiento de la industria con la sostenibilidad, para garantizar que este crecimiento se gestione de manera responsable”. En Escala Barcelona hemos hablado de múltiples ejemplos de buena gestión en el sector de los cruceros en relación con el ámbito de la sostenibilidad, como los sistemas de tratamiento de aguas residuales a bordo, el reciclaje de sólidos o la paulatina implantación de procesos de propulsión basados en GNL (gas natural licuado), además de filtros de limpieza de gases basados en nuevas tecnologías. Ninguna industria, para acabar, tiene un interés más fuerte en proteger los océanos y los destinos a visitar por sus clientes. Crecimiento y respeto por el entorno, es el eje principal de acción de una industria dedicada íntegramente a hacer del acto de viajar en barco algo accesible y positivo para todos.