Barcelona: líder mundial en pasarelas para cruceros (Parte I)

por Javier Ortega Figueiral

¿Dónde empieza y dónde acaba un crucero? ¿En qué lugar el viajero está a punto de iniciar su viaje y en qué sitio empieza a repasar mentalmente su viaje en barco? Una respuesta muy posible es que eso suceda en esa pasarela que, al igual que ocurre habitualmente con los aviones, une la terminal marítima con el barco. Pues bien; Barcelona es líder destacada en esto. No solo en el numero de veces que ésto sucede con cruceristas embarcando y desembarcando en los cruceros que hacen escala en nuestro puerto, sino también de manera literal: la ciudad es la sede de Adelte, una empresa con más de medio millar de trabajadores: ingenieros, técnicos, ejecutivos o comerciales, que con el tiempo se ha convertido en el proveedor líder para pasarelas de embarque de pasajeros y servicios globales en terminales de cruceros y de ferrys de todo el mundo… y que cuenta, como muchos ya saben, con el actual President del Fútbol Club Barcelona como CEO.  

La última frase puede sonar maximalista en algunos casos. En el de Adelte, el concepto de presencia mundial es literal. Podemos encontrar pasarelas automatizadas de embarque de esta marca barcelonesa en puertos tan distantes y distintos como Seattle, Lisboa o Taiwan. También en las terminales de Cozumel, Civitavecchia y Helsinki, como en Miami, Singapur, Hamburgo, Málaga o Sidney entre muchos más entre las que están incluidas prácticamente todas las terminales marítimas del puerto de Barcelona.

El nuevo edificio, con un diseño exterior poco frecuente de paneles de madera y vidrio se completó con un sistema inédito: una pasarela acristalada idéntica a la de los aeropuertos que permitía embarcar y desembarcar del Catalonia, el avión que navegaba. 

Fue precisamente en esos muelles donde Adelte se estrenó en una especialidad con la que se convertiría con los años en líder: era 1998 y el puerto de Barcelona era un área logística y de servicio a pasajeros con una fisonomía muy diferente a la actual. Aún no existía el puente Porta d’Europa, éste que une el centro de la ciudad con las actuales cinco terminales de cruceros del Moll Adossat junto al viejo rompeolas. Por aquel entonces, Barcelona contaba únicamente con tres terminales con muchos menos servicios y tamaño que las actuales. Tampoco existía la nueva entrada de buques, hoy bocana norte, que ha facilitado de manera notable el tráfico marítimo en la ciudad, dividiéndolo en dos grandes flujos: por el norte, el tráfico de recreo, los cruceros pequeños y medianos y parte de los ferrys regulares. Por el sur, los cruceros medianos y grandes y el resto del tráfico comercial. 

La primera pasarela portuaria

Uno de los grandes pasos adelante en la modernización del tráfico de pasajeros en el puerto fue la apertura de la terminal de Drassanes, a pocos metros de la estatua de Colón y el punto de embarque de Las Golondrinas. Con un aspecto modernísimo y muy diferente a las terminales marítimas existentes por entonces, la Drassanes recibió al ‘Catalonia’, un catamarán de alta Velocidad de la naviera Buquebus que ofrecía el servicio Barcelona-Palma en poco más de tres horas. Fue lo más parecido al avión saliendo desde el centro de la ciudad. El nuevo edificio, con un diseño exterior poco frecuente de paneles de madera y vidrio se completó con un sistema inédito: una pasarela acristalada idéntica a la de los aeropuertos que permitía embarcar y desembarcar del Catalonia, el avión que navegaba. 

Pasarela diseñada para la nueva terminal Helix (Barcelona) situada frente al Queen Mary 2

La pasarela de la terminal Drassanes, instalada hace 21 años fue el primer paso de Adelte dentro del sector portuario. En aquellos tiempos la empresa ostentaba el nombre de Team y había cumplido 35 años desde su fundación con la denominación original de Trabosa. Aquel nombre tenía su origen en Trailers Bartomeu Ochoa y nació  como fabrica de remolques, semi-remolques y carrocerías metálicas que se presentó en sociedad por primera vez en la Feria de Muestras de 1963 con la exposición de un vehículo similar a las actuales food truck para la empresa Gallina Blanca. A veces, lo que parece más moderno ya llevaba inventado muchos años, como en el caso de Trabosa, Team y luego Adelte. 

Tras pasar por varias fases de crecimiento en el mundo del transporte, la empresa apostó en 1982 por algo hoy absolutamente frecuente, aunque aun extraño por entonces en los aeropuertos de España: las pasarelas de acceso directo entre terminal y aviones. Hasta entonces la práctica totalidad de operaciones de embarque y desembarque de las aeronaves se realizaba por escaleras y a pie por la plataforma o con traslados en autobuses. Los primeros contratos para su instalación llegaron desde los aeropuertos de Tenerife Sur y Málaga.

En 1990 se realizó el primer cambio de nombre para aproximarse más a la apuesta por el sector aeroportuario: Tecnología Aplicada al Movimiento SL en lo mercantil y TEAM como nombre comercial. Una de sus grandes cartas de presentación al mundo fue paralela a la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona: la ampliación de la existente en 1991 con una imagen homogénea y moderna que recibió a todos los participantes de los juegos olímpicos estaba rematada por 24 pasarelas de embarque directo diseñadas por ‘Team’, siendo la primera vez que en El Prat se podía subir y bajar de los aviones sin pasar por la pista: un ahorro considerable de tiempo y mayor confort para los pasajeros. Los ‘fingers’, habituales hoy en el aeropuerto, recibieron a todas las comitivas y equipos olímpicos. El aeropuerto de Barcelona entraba en la primera liga mundial. Para Adelte quedaba entonces expandirse en el sector de transporte de pasajeros por mar. Y es de lo que os queremos hablar en el siguiente artículo. Porque aunque pasen desapercibidas, pasarelas como la que actualmente podemos encontrar en la novísima terminal Helix en el Port de Barcelona, son todo una obra maestra de la ingeniería. Piensen algunas de las razones… 

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