Enrique Valentí regenta el restaurante Marea Alta, el templo del pescado a la brasa en la Ciudad Condal, muy cercano al Puerto de Barcelona
por Marta Albiñana
Conocido como el ‘madrileño’ en la gastro-esfera catalana, Enrique Valentí (Madrid, 1975) se estableció en Barcelona hace unos quince años “porque aquí estaba el verdadero nivel culinario”. Tras estudiar en la Escuela de Hostelería de la capital, trabajó en varios restaurantes con estrella Michelin. Una vez en la Ciudad Condal, se convirtió en un profesional muy peculiar. Él se define como “conceptualizador de espacios gastronómicos”, pero también es chef, empresario, gestor, asesor. Y hostelero, a fin de cuentas. Como tal, por tanto, tiene su opinión, madurada, decidida y definitiva, acerca del turismo que llega por mar: “Los cruceristas son, sin duda, un gran motor para la economía de Barcelona”.
Valentí creó, como socio, los restaurantes Casa Paloma y Chez Cocó; el primero un asador, el segundo, una ‘rotisserie’. Ambos locales monográficos, centrados en el producto cocinado en brasas y parrillas “como expresión de lo puro”. Para cerrar la trilogía de tierra (carnes), aire (aves) y mar, ‘el madrileño’ concibió y erigió el Marea Alta (pescado y marisco) sobre la misma filosofía, en otoño de 2016. Nada más y nada menos que en la planta 24 de la Torre Colón -el primer rascacielos de la ciudad construido en 1971-, un emplazamiento privilegiado a un tiro de piedra del puerto que ofrece unas vistas espectaculares de 360 grados.
Nos interesan los cruceristas. Estos viajeros son clientes potenciales muy interesantes a tener en cuenta a la hora de internacionalizar nuestra cocina, pues comparten con nosotros los estándares de calidad y excelencia
Una planta más abajo se encuentra Marea Baja, un local con cinco terrazas donde se ofrecen cócteles, tapeo y bocaditos fríos para comer con las manos, como ostras y diferentes ahumados, conservas caseras y tartares.
Estándares de calidad y excelencia
“Nos interesan los cruceristas. Estos viajeros son clientes potenciales muy interesantes a tener en cuenta a la hora de internacionalizar nuestra cocina, pues comparten con nosotros los estándares de calidad y excelencia. Y, por supuesto, nos gustaría poder aprovechar más la proximidad que tenemos con el puerto”, sostiene Valentí. De hecho, el chef apunta más lejos y manda un mensaje: “Nos planteamos un acuerdo -siempre basado en la honestidad- con las navieras para colaborar con ellas y atraer al crucerista a nuestras mesas”.
El alma mater de Marea Alta es consciente de que la gastronomía es hoy uno de los principales intereses y motivos del crucerista -y del turista en general -para viajar. “La cocina aporta un gran valor distintivo a la cultura de cada rincón del globo. En este caso, Barcelona no es una excepción. Tanto es así que cada año recibimos más clientes que son turistas gastronómicos”. Valentí se congratula de que los visitantes busquen y aprecien los sabores locales y los productos de proximidad y de temporada: “Eso forma parte de la identidad culinaria que nosotros defendemos”.
La honestidad y el purismo: lo que más valora el turista
La mayor parte de los clientes de Marea Alta son españoles, europeos y americanos. Valentí se muestra halagado y agradecido cuando llegan a su atalaya cruceristas y turistas “mostrando las reseñas publicadas en medios anglosajones” como el Financial Times, The New York Times o la revista Condé Nast Traveler, entre otros. ¿Qué es lo que más valoran los turistas de la cocina de Marea Alta? Valentí responde: “El producto fresco, las especialidades a la brasa; más allá, la honestidad y el purismo de nuestra oferta gastronómica y también el regalo de disfrutar de las mejores vistas de la ciudad”.
Los viajeros, según explica el chef-empresario, llegan hoy en día a su establecimiento previamente guiados por las informaciones y críticas buscadas y encontradas en la web. “El plato estrella, el que más éxito tiene entre los turistas, es el rodaballo a la brasa, junto a nuestros escabeches. Así como los dos menús degustación que ofrecemos”, afirma Valentí.
Marea Alta es ya uno de los imprescindibles de Barcelona. Y, asimismo, Enrique Valentí, el gran introductor de la brasa en la Ciudad Condal como fundamento y medio clave en una alta cocina esencial basada en la máxima calidad y sencillez. Esa conjunción que tanto gusta a los locales también es extremadamente apreciada por los turistas y cruceristas que desean deleitarse con un festín marinero casi tocando el cielo.