Donde los jóvenes sueñan con ser capitán de crucero

Estudiantes de capitán de crucero

La Facultad de Náutica de Barcelona, con más de 250 años de historia, forma a aspirantes a ponerse al timón de estos barcos. ¿Cómo puedes convertirte en capitán de crucero?

Por Guillem Ortu

Pasear por los pasillos de la Facultad de Náutica de Barcelona, con más de 250 años de historia, supone una experiencia que para nada se asemeja a la de otros centros educativos. La fachada grisácea de este edificio, fundado en el siglo XVIII, esconde en su interior una distribución similar a la de un museo: las amplias escalinatas y las cristaleras de colores, además de los ejemplares de timones y motores antiguos, rodean un claustro custodiado por la maqueta del navío San Carlos, situada justo en el centro de la sala. Este modelo de casi cuatro metros de eslora es lo primero que los estudiantes de Sistemas y Tecnología Naval, Náutica y Transporte Marítimo, o Tecnologías Marinas de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) descubren al cruzar la columnata de la entrada.

Martin destaca el esfuerzo de la industria de cruceros en la transición hacia combustibles fósiles menos contaminantes como el GNL (gas natural licuado), como paso intermedio en la descarbonización. “Estamos trabajando en un plan de estudios que prepara para el futuro”, señala el decano, que explica que la mayoría de los trabajos de fin de grado “van encarados a estudiar combustibles del futuro como el hidrógeno y el amoníaco

Cada año, centenares de alumnos y alumnas se sientan en las aulas de esta facultad ubicada en el Pla de Palau, a escasos metros del Port Vell. Allí, reciben la formación necesaria para obtener el certificado de Buques de Pasaje como para licenciarse en una de las instituciones de educación marítima más prestigiosas en todo el mundo. En total, el pasado curso 2021-2022, el centro acogió a 662 personas matriculadas, 121 de las cuales eran mujeres. Así lo recogen los datos oficiales publicados por la UPC, donde el número de estudiantes siempre supera ampliamente el medio millar.  De este grupo estudiantil, muchos consideran una opción muy atractiva convertirse algún día en capitanes y capitanas de barcos de crucero, según fuentes de los propios estudiantes. 

El largo camino hasta la máxima responsabilidad

La travesía hasta llegar a ser capitán en una embarcación de crucero no es nada fácil. La preparación de las personas que asumen el cargo está a la altura de la responsabilidad que este conlleva. No existe una única vía para alcanzar dicho rango, sino que son dos las alternativas posibles para lograrlo.

Por un lado, tras obtener el graduado en Náutica y Transporte Marítimo, pueden optar por completar dos embarques de doce meses cada uno para alcanzar el rango de Piloto de Segunda y de Primera de la Marina Mercante. A partir de ahí, deberán obtener el título de Máster Universitario en Náutica y Gestión del Transporte Marítimo (MUNGTM) y completar un tercer y último embarque, otra vez de doce meses, antes de poder convertirse definitivamente en Capitanes de la Marina Mercante.

Hall de la Facultad de Náutica de Barcelona

Por otra parte, también existe una alternativa en la que el primer embarque de doce meses se divide en dos, de cuatro y ocho meses, los cuales se realizan respectivamente antes y después de graduarse en el máster mencionado. De esta manera, se consigue el título de Piloto de Segunda, por lo que faltará realizar los otros dos embarques de doce meses antes de pasar a ser Piloto de Primera y, finalmente, Capitán.

En otras palabras, todo aquel que quiera convertirse en capitán de cruceros deberá estar en posesión de los graduados en el Grado de Náutica y Transporte Marítimo y el Máster en Náutica y Gestión del Transporte Marítimo, además de contar con un período de embarque total de 36 meses (o lo que es lo mismo, Piloto de Segunda y 24 meses embarcados, o Piloto de Primera y un embarque de 12 meses).

Los protagonistas de la etapa académica

Pol Busquets, recién licenciado en Náutica y Transporte Marítimo

Hasta ahora, entre los alumnos de la Facultad de Náutica de Barcelona se encontraba Pol Busquets, de 22 años, quien recientemente ha terminado el período de embarco necesario para obtener su licenciatura en el grado de Náutica y Transporte Marítimo. Como él dice, se trata de una carrera donde, además de la logística y los fundamentos básicos de la navegación, se aprenden otras prácticas como “usar herramientas en caso de que toda la tecnología de un barco no funcione”. Desde junio hasta octubre, este joven de El Masnou ha vivido su primera experiencia trabajando en alta mar como alumno de puente o ‘deck cadet’, siguiendo en todo momento al primer oficial para imitar sus funciones y cubrir las guardias de navegación. Su aspiración está clara: acabar trabajando como capitán de crucero. 

Por su parte, el decano de la Facultad, Agustí Martin, siempre está dispuesto a tender una mano a aquellos alumnos que, como Pol, se interesan por el mundo de la navegación y, en concreto, los cruceros. “Aquellos alumnos que han hecho prácticas en estos barcos y siguen con ganas siempre pueden solicitarnos direcciones a las que acudir. Muchos de ellos terminan siendo capitanes ya que es la misma compañía la que llama al exalumno, del cual ya tienen información, para que se incorpore como oficial. La fidelidad es importante”, afirma este navegante y apasionado de la reparación de embarcaciones, que destaca la importancia del dominio del inglés para convivir con grandes tripulaciones internacionales.

Este lobo de mar, criado en un pueblo de pescadores de la costa del Maresme, también subraya la importancia de aprovechar las prácticas curriculares para que los universitarios puedan “familiarizarse” con embarcaciones de crucero. “Nosotros recomendamos que hagan las prácticas de alumno, de un año, intentando embarcar en este tipo de barcos, porque llegar a ser piloto de primera o segunda clase es un proceso lento y requiere experiencia”, advierte.

Para alguien cuyo principal objetivo es incorporarse al mundo de los cruceros, estudiar a escasos minutos del Port de Barcelona supone encontrarse en un escenario perfecto. La facultad forma parte del Consell Rector del Port de Barcelona, “por lo que estamos muy al día del tráfico que hay”, añade el decano, quien también puede presumir de presidir la escuela de náutica más antigua y con más renombre de toda España. Junto a Cádiz y Marsella, la capital catalana es la única con un centro de formación superior que disponga tanto de grados como de másteres de ingeniería naval. Este servicio exclusivo y constante les ha servido para convertirse en dignos merecedores de galardones como la Creu de Sant Jordi o la Medalla de Oro al mérito cultural del Ayuntamiento.

Trabajo de grado sobre los nuevos combustibles

Martin destaca el esfuerzo de la industria de cruceros en la transición hacia combustibles fósiles menos contaminantes como el GNL (gas natural licuado), como paso intermedio en la descarbonización. “Estamos trabajando en un plan de estudios que prepara para el futuro”, señala el decano, que explica que la mayoría de los trabajos de fin de grado “van encarados a estudiar combustibles del futuro como el hidrógeno y el amoníaco”.

En definitiva, ya sea por medio de navegantes con experiencia o a través de estudiantes rebosantes de motivación e ilusión por conocer qué les depara el futuro, el sector del transporte marítimo y el turismo de cruceros tiene en la Facultad de Náutica de Barcelona un centro de referencia para formar a profesionales preparados navegar en los nuevos tiempos.

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