Pedalear Barcelona, el turismo más sostenible

Las rutas en bici están en boga entre los pasajeros de crucero 

Por Anna Ganzinelli Aguilera

Son las 11 de la mañana de un jueves de julio en Barcelona. Tracey Drayton, una mujer de New Jersey (EEUU), se prepara con sus dos mellizas de 14 años para recorrer la ciudad en bicicleta. Aprovechan para hacer un poco de turismo antes de embarcar dentro de un par de días, desde el puerto de la capital catalana, en un crucero hacia Italia. “Es la segunda vez que venimos y este tour en bici eléctrica me ha parecido una actividad atractiva para mis hijas”, nos cuenta, manillar y casco en mano. La vez anterior que nos visitaron, las niñas eran pequeñas y optaron por un paseo en bus turístico. Le gusta el hecho de que la bici les vaya a permitir ir haciendo paradas, y como es eléctrica “requiere menos esfuerzo físico”, dice. “Si mi madre puede hacerlo, cualquiera puede”, añade una de las adolescentes entre risas.

Los tours en bicicleta discurren hasta la zona de la Vila Olímpica.

Minutos después se ponen en marcha. Forman parte de un grupo de 14 personas, todas de perfiles distintos, que han contratado este tour con Barcelona eBikes, una de las empresas del sector. Esta compañía con sede en el casco antiguo proporciona excursiones en bici a los pasajeros de Carnival Cruise Line. Otras navieras, como Costa Cruceros o TUI Cruises, las ofrecen directamente a sus clientes. Según fuentes relacionadas con la actividad, de media sale un grupo por crucero; suelen ser viajeros de entre 30 y 50 años y en general, británicos, alemanes o italianos.

La excursión sobre dos ruedas, tendencia creciente

Los tours en bicicleta son una excursión cada vez más solicitada por los viajeros que llegan o salen de Barcelona en un crucero o que hacen escala de un día. Se estima que la demanda ha subido un 10 % aproximadamente respecto al año pasado. Desde Costa Cruceros confirman el creciente interés por este servicio, que ofrecen desde hace cinco años. Destacan que es una manera sostenible y diferente de descubrir la ciudad, ya que se recorren itinerarios que no cubre el bus turístico. La mayoría de rutas duran un poco más de tres horas y se enfocan a un público joven y de mediana edad.

En el caso de TUI Cruises, los tours que ofrece a sus viajeros duran el doble, unas seis horas, y cubren hasta 27 kilómetros. Más allá de pedalear hasta los clásicos de Gaudí —desde la Sagrada Familia hasta las casas Milà y Batlló—, añaden otros puntos de interés, como la montaña de Montjuïc. Desde TUI subrayan que estas rutas gozan de mucha popularidad entre sus clientes.

Continúan un rato bordeando las playas hasta llegar a Poblenou, donde cruzan el barrio por su rambla, hacia la Diagonal y Glòries. Tracey destaca que este tour le está permitiendo “conocer rincones poco publicitados, lugares menos turísticos”.

Jairo Carrillo, fundador de Barcelona eBikes, también constata un auge de las excursiones en bici. En temporada alta, su empresa suele organizar entre seis y siete grupos al día. “Cuando vas a una ciudad que no conoces y la caminas, te cansas y al final haces un trayecto relativamente corto”, apunta Jairo. “En cambio, verla en bici es placentero y bonito. Avanzas y vas rodando barrios, ves muchas cosas sin acabar extenuado. Es una manera muy guay de recorrer el mundo”, concluye.

Agata, guía de uno de los grupos, explica los detalles de la Casa Milà.

Una opción sostenible 

Volvemos al grupo de Tracey. Durante toda la ruta, sigue la extensa red de carriles bici que hay en la Ciudad Condal. La primera parada es en la amplia plaza Comercial, frente al antiguo mercado del Born, y la siguiente, en un rincón de sombra en el parque de la Ciutadella. Los turistas agrupan al máximo las bicicletas en un pequeño círculo mientras atienden a las explicaciones de Agata Ko, su guía. Con más de una década de experiencia en los tours sobre dos ruedas, la cicerone recalca que es una manera sostenible y saludable de recorrer esta capital.

Lo mismo opina Jairo Carrillo. “Hacer turismo en bici es sostenible, es plausible, es elegante, es rápido. Tiene un bajo impacto, no genera la saturación que pueden causar otros medios de transporte”, apunta el fundador de Barcelona eBikes. La idea se empezó a gestar en su cabeza un anochecer en Irán, cuando lo llevaron en bici a descubrir la urbe de Isfahán, y le encantó. Estaba volviendo con su pareja desde Nueva Zelanda hasta Barcelona en bicicleta, en un viaje de dos años. Y cuando llegaron a casa decidieron montar su propia empresa. “Compramos diez bicis, las metimos en un parking y empezamos. La idea no surgió porque creyéramos que íbamos a hacer negocio, nació de la poesía de haberlo hecho y habernos apasionado”, relata.

En bici por los barrios menos turísticos

Tracey y sus dos hijas adolescentes, satisfechas con la excursión en bicicleta.

De vuelta a nuestra ruta, encontramos al grupo pedaleando por el frente marítimo. Bajo las torres de la Vila Olímpica, admiran el skyline a lado y lado. Continúan un rato bordeando las playas hasta llegar a Poblenou, donde cruzan el barrio por su rambla, hacia la Diagonal y Glòries. Tracey destaca que este tour le está permitiendo “conocer rincones poco publicitados, lugares menos turísticos”. Agata anima a los viajeros a “mirar hacia arriba”: les explica que los detalles de los balcones de cualquier edificio pueden ser tan interesantes como las obras de Gaudí. La Sagrada Familia, la Pedrera y la Casa Batlló son las tres últimas paradas (obligadas) del tour, que también serpentea las calles del Eixample y los nuevos ejes verdes, como Consell de Cent y Girona.

Pasadas las 14 horas, Tracey y el resto del grupo regresan a la plaza de Sant Agustí Vell, punto inicial de la ruta. “Me ha sorprendido cuánto hemos podido ver en solo tres horas. Yo esperaba ir a la playa y luego a la Sagrada Familia, pero hemos recorrido mucho más. ¡Ha estado muy bien!”, resume la estadounidense. Sus hijas jóvenes también están satisfechas: “Ir en bicicleta te permite parar, a diferencia de cuando visitas la ciudad en autobús, como hicimos la vez anterior. Es mucho mejor”, concluye una de ellas. Las dejamos charlando animadamente con Agata, que les recomienda lugares donde comer tapas. El sábado subirán al crucero con una buena experiencia sobre dos ruedas a las espaldas.

Créditos fotos: Anna Ganzinelli Aguilera

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