El Palau de la Música Catalana maravilla a los cruceristas con su propuesta multisensorial

Por Mar Claramonte Portero

Admirado en todo el mundo tanto por la calidad de su programación musical como por su excepcional arquitectura de estilo modernista, el Palau de la Música Catalana ha entendido el potencial del turista de crucero. Tras tomar en consideración su interés creciente por este enclave imprescindible para los melómanos en Barcelona, la entidad ha desarrollado una oferta adaptada a este perfil y que sigue las tendencias del turismo mundial hacia las experiencias particulares e inmersivas.

Obra cumbre del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, el Palau de la Música Catalana se construyó entre 1905 y 1908 en el barrio de Sant Pere de Barcelona. Desde entonces, ha acogido estrenos mundiales de las orquestas y los artistas más prestigiosos del último siglo y es un referente de la música sinfónica y coral en España. 

La arquitectura de estilo modernista es uno de los atractivos del Palau de la Música.

Este edificio singular, todo un placer para la vista y los oídos, recibió el año pasado a cerca de 1.200 viajeros de crucero. Una cifra especialmente significativa, ya que en 2022 el sector del turismo aun notaba los efectos de la pandemia del COVID-19. De acuerdo con las apreciaciones de esta institución centenaria, se trata de una tendencia al alza: cada vez son más los turistas de crucero que visitan la catedral barcelonesa de la música, en búsqueda de una experiencia cultural que les sorprenda y que puedan disfrutar durante su estancia en tierra.

Pensando en ellos, el Palau de la Música Catalana organiza visitas adaptadas a sus necesidades. Se trata de visitas cortas (de 30-40 minutos aproximadamente) dispuestas para grupos reducidos, de un máximo de 25 personas. En algunas ocasiones, para aquellas personas que deseen escuchar música en vivo, se programa un concierto en formato reducido seguido de un breve coffee y paso por la tienda. 

“Lo que más impacta a estos visitantes es el momento de entrar en la sala de conciertos. No se esperan encontrar una decoración tan rica y con tanta luz natural en un edificio del centro histórico”, señalan desde el Palau. Y es que todo sorprende en este espacio, decorado con motivos inspirados en la naturaleza y presidido por un órgano sobre el escenario, el cual a su vez está rodeado de esculturas de musas. También destaca su extraordinario lucernario central, que representa el sol. Por todo ello, se trata de la única sala de conciertos en todo el mundo declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, una distinción que recibió en 1997.

Las personas que empiezan o terminan su crucero en la Ciudad Condal, y que suelen dedicar unos días antes o después de su viaje en barco a descubrir la ciudad, son el colectivo mayoritario entre los viajeros de este perfil que se interesan por esta propuesta

“En el Palau de la Música se unen dos de mis grandes pasiones: el arte y la música”, afirma Friedrich Schulze, turista de crucero alemán de una pequeña localidad cercana a Dresde. “En otras visitas a Barcelona habíamos visto otros monumentos como el Parque Güell y la Sagrada Familia, pero teníamos pendiente una visita completa a este espacio, tanto por fuera como por dentro”, añade.

Turistas con inquietudes culturales

Como se desprende de los datos que maneja esta organización, un 70-80 % de los viajeros de crucero llegan atraídos principalmente por la arquitectura, y para el resto su principal motivación es la música. Observan que “son personas sénior con un nivel cultural alto, muy habituados a viajar”, y que “la nacionalidad dominante es la estadounidense”. Estas informaciones sobre el perfil cultural de este tipo de turistas que visitan el Palau quedan refrendadas por el estudio que publicó la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) en colaboración con la Universitat de Barcelona.

Arquitectura y música son las dos razones principales que atraen a los visitantes de cruceros.

Durante su recorrido, estos amantes de la cultura descubren que en este templo tan querido por los barceloneses importantísimos compositores e intérpretes de música clásica han actuado o dirigido sus propias obras: desde Richard Strauss, Maurice Ravel, Enric Granados, Sergei Prokofiev, Igor Stravinsky, Manuel de Falla y Joaquín Rodrigo en los primeros compases del siglo XX, a Pau Casals, Leonard Bernstein, Yehudi Menuhin, Herbert von Karajan, Montserrat Caballé, Josep Carreras, Mstislav Rostropovich, Jordi Savall y Daniel Barenboim -entre otros muchos- en las décadas sucesivas. 

A su vez, les llama la atención que se hayan subido a su escenario estrellas internacionales de otras disciplinas de la música, como Ella Fitzgerald, Vittorio Gassman, Charles Aznavour, Duke Ellington, Woody Allen, Paco de Lucía, Bebo Valdés, Norah Jones o Sinéad O’Connor.

Para todo tipo de turistas de crucero 

Los turistas de crucero llegan al Palau principalmente por dos vías. Por un lado, estarían los que sólo hacen escala en Barcelona y visitan esta maravilla a través de las excursiones que programan las navieras, ya sea únicamente para admirar la fachada o bien para realizar un recorrido guiado por el interior del edificio. Por otro lado, las personas que empiezan o terminan su crucero en la Ciudad Condal y suelen dedicar unos días antes o después de su viaje en barco a descubrir la ciudad; son el colectivo mayoritario entre los viajeros de este perfil que se interesan por esta propuesta. 

Durante estas visitas a menudo expresan su deseo de acudir a un espectáculo en la sala de conciertos del Palau de la Música Catalana, lo que puede convertirse en un gancho para una futura visita a Barcelona. En cualquier caso, se espera una tendencia al alza en el interés por este emblemático templo de la música y la arquitectura.

Fotografias: Matteo Vecchi y Mario Wurzburger / Palau de la Música Catalana

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